Y llegó el momento para el que no estaba preparada

Durante estos años me he tomado muchas fotos amamantando a mi hijo. Puede parecer extraño, pero yo quería tener un recordatorio visual de la bendición que ha sido la lactancia en mi vida. Me gustaría compartir algunas de ellas con ustedes en este artículo, porque es algo que no me resulta aprensivo y espero que a ustedes tampoco.

al final de la lactancia

Hace tres años, un miércoles a mediados de Febrero, me enteré de que estaba embarazada.

Casi exactamente tres años después mi bebé mamaba de mi pecho antes de dormir por última vez.

Él ya estaba listo. Yo no lo estaba.

al final de la lactancia

Realmente me gustaba la lactancia y no quería que él lo dejara, aunque supongo que dos años y medio es un tiempo bastante decente y ya puede parar de mamar. Pero ¿por qué ha sido tan difícil para mí?

La lactancia ha sido, en los 30 años que tengo, mi actividad favorita, no la mejor, ni la más impresionante; yo también tengo ambiciones que no están relacionadas con ser madre (y estoy segura de que quitar el pañal de mi hijo será una hazaña y objetivo cumplido), pero de la maternidad mi parte favorita ha sido ser una madre lactante. Por eso, estoy muy triste al ver que termina.

al final de la lactancia

Una parte de mí está de luto.

Cuando pienso en la última vez que disfrutamos de la lactancia juntos, en la tranquilidad y oscuridad de su habitación, mientras yo acariciaba su pelo y tarareaba su canción favorita, me dan ganas de llorar.

Y es que yo no estaba lista. No estaba lista.

Me hubiera encantado amamantar a mi hijo indefinidamente. Soy una gran fan de la lactancia materna prolongada.  

Mi hijo ahora es un niño grande. Desde que dejamos la lactancia él ha prosperado. Él estaba listo para destetarse. Estoy orgullosa de haberlo notado y dejar que pasara.

al final de la lactancia

¿Por qué lo echo de menos? ¿no debería ser al revés? ¿no debería estar feliz porque ya ha terminado? ¿no le pasa a la mayoría de las mujeres?

Ha sido tan difícil recordarlo, sobre todo cuando estoy sentada echando de menos la lactancia y sintiendo lástima por mí misma.

Las mujeres somos nuestros peores enemigos y no hablamos sobre este tema con otras que están pasando por lo mismo, por el destete. Pero yo sí voy a hablar de ello.

El destete es como el primer trimestre del embarazo, con los cambios de humor, la congestión y la sensibilidad de los pechos, en este caso parece que los pechos echan fuego.

Otros efectos secundarios que son comunes en el destete son: los sofocos, los sudores nocturnos, la distención abdominal, los dolores de cabeza, las náuseas, la irritabilidad, la congestión en los senos como consecuencia de una posible mastitis…

¿No es divertido? ¡Vamos a destetar cada día!

al final de la lactancia

Ese anhelo por sostener el peso de tu bebé en tu regazo mientras está mamando, es algo maravilloso.

Es como renunciar al desayuno, para poder comer más en el almuerzo.

Es como saltar antes de saber si hay algo para aterrizar.

La mayoría de las noches, después de que mi hijo se queda dormido sin necesidad de mamar, empiezo a tener lástima de mí misma. Me siento tonta al respecto. Pero no sé cuando volveré a amamantar a un bebé de nuevo. Es algo desconocido, un poco como si algo que amara me fuera robado.

No estaba lista, no estaba lista.

Pero ahora estoy lista y un paso más cerca.

al final de la lactancia

Este artículo ha sido traducido, puedes leer el original «On the end of nursing» en la web de Natalie Jean.

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Psicóloga, madre de tres hijos. Me gusta todo lo relacionado con el arte y el pilates está dentro de mis rutinas diarias. Viajar es mi gran pasión y lo hago siempre que puedo, pero no tanto como me gustaría.

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