Hace unos días me topé con un artículo que confirmaba que, según estudios, los niños se portaban un 800 % peor delante de sus padres.
Lo leí con interés porque más de una vez me ha pasado que he tenido que dejar a mi peque con mis padres o mis suegros y al volver me cuentan que nada de rabietas para comer o acostarse.
Como ya os imaginaréis, en casa no están niña de anuncio. No es que sea una tortura, pero intenta hacerla comer algo que no le guste o intentar acostarla temprano…
A pesar de que el artículo prometía, resultó ser una broma (sí, yo tampoco la entiendo), pero ya me levantó la curiosidad. ¿Por qué mi hija se porta mejor fuera de casa?
Todo son cosas divertidas y nuevas
Cuando dejamos a nuestros hijos con otras personas, estos se esfuerzan por jugar con ellos, sacarlos de paseo o visitar algún parte. Toda su atención se concentra en mantener a nuestros pequeños entretenido y pasando un buen rato.
Normas más flexibles
Aunque hagamos prometer a los abuelos que no les darán de comer dulces o que harán que estén en la cama a las 9, seguro que acaban ablandándolos. Así que no habrá rabieta a la hora de dormir, porque irán a dormir cuando ellos quieran. Tampoco se quejarán a la hora de comer, porque comerán lo que quieran.
Les gusta quedar bien delante de los demás
Ya sea por orgullo o timidez, esa falta de intimidad y confianza plena que tienen con nosotros, hace que tengan menos rabietas con otros.
La imitación
Si dejamos a nuestros hijos con sus primos, lo más probable es que intentan portarse mejor que ellos para llamar más la atención o simplemente repitan las rutinas de los otros niños.
La falta de presión
Come. Traga. Si no lo recoges, no iremos al parque. Esa retahíla de frases que todas acabamos soltando, desaparecen cuando los dejamos con los abuelos.
La atención está más repartida
Esto es lo que les pasa en el cole. Puede que lo intenten ,pero aprenden, rápidamente, que portarse mal allí no es tan productivo como hacerlo en casa La “seño” está pendiente de veintitantos niños más , así que no recibe la misma atención como cuando está solo son dos adultos.
Qué podemos hacer para mejorar nuestra relación
Pues si tomamos esto como una guía de comportamiento, nos asaltarías las siguientes dudas:
¿Tenemos que hacer con ellos solo cosas divertidas?
¡No! Como padres, debemos enseñarle tanto lo bueno como o lo malo.
¿Tenemos que ser flexibles en las nomas?
No, de nuevo. Debemos mostrarles que somos firmes cuando debemos hacerlo, para que no nos pierdan el respeto.
¿Tenemos que rodearlo de niños
Bueno, puede ser, pero repetirán tanto lo bueno como lo malo.
¿Tenemos que dejar de presionarlos para que hagan las cosas?
Sí, eso dice la teoría, pero seguro que la teoría no se ha puesto a intentar darle de comer a una niña durante una hora. Pero, sí, deberíamos intentarlo, o al menos yo.
¿Tenemos que dejar de prestarles atención cuando tienen una rabieta?
Es otro de los consejos de los pediatras y psicólogos infantiles. No debemos prestarles atención durante las rabietas, y volver a prestársela cuando se porten bien.
Aún así, como ya sabemos todas, criar a un hijo en muy complicado. Y yo, personalmente me quedo con la teoría del pediatra Carlos González:
