No, yo no soy una supermamá y sinceramente no creo que pueda serlo jamás.
Solo soy una madre que quiere a sus hijos, que comparte con ellos todo el tiempo que puede permitirse y que intenta transmitirle los valores que cree que son necesarios para sobrevivir en este mundo que habitamos.
[pull_quote_center]No tengo super poderes, ya me gustaría a mí, y mucho menos no soy perfecta, soy humana.[/pull_quote_center]
Me equivoco, estoy cansada y tengo días en los que prefiero que nadie me hable. Tampoco soy buena en las matemáticas, nunca me gustaron y me tengo que esforzar mucho para ayudar a mis hijos con sus tareas escolares. La mayoría de las veces, buscamos las soluciones juntos, ellos saben que no soy perfecta, pero me adoran y eso es lo único que me importa.
Ser madre nunca ha sido fácil. Pero en los tiempos que corren la búsqueda de la perfección está a la orden del día. Cada vez nos exigen y nos exigimos más a nosotras mismas, con el fin de convertirnos en la madre divertida, buena cocinera, habilidosa con las manualidades, trabajadora y un largo etcétera.
[pull_quote_right]Yo no creo que nuestros hijos necesiten una supermamá.[/pull_quote_right]
Da igual que las galletas no te queden como las de la foto del recetario, cocínalas con tu hijo y lo harás feliz. No importa que tengas un mal día y que quieras descansar, explícale que estás cansada y disfruta viendo como juega de forma independiente.
Los niños pueden llegar a entender nuestras debilidades y valorar mucho nuestras fortalezas. Solo déjales ver que no hay personas perfectas y que no todos los días tenemos la misma energía ni el tiempo necesario para hacer ciertas cosas.
Es importante disfrutar de la maternidad, pero hay que ser realista y a pesar de ser el trabajo más maravilloso del mundo, es un trabajado agotador al que te dedicarás el resto de tu vida. Con muchos momentos buenos e irremplazables, pero con días y épocas en las que una dosis de super poderes no te vendrían nada mal.