Las buenas madres aman a sus hijos.
Las buenas madres amamantan a sus hijos durante 6 días, 6 semanas, 6 meses o 6 años. Porque saben que es lo mejor para ellos, porque es natural, porque reciben apoyo, porque han conseguido que su bebé se agarre de forma correcta, porque es más fácil, pero en realidad no es asunto de nadie por qué lo hacen.
Las buenas madres alimentan a sus bebés con leche de fórmula, de forma ocasional o siempre. Porque tienen que hacerlo, porque quieren hacerlo, porque quizás no tienen el apoyo suficiente para seguir con la lactancia materna, porque aún teniendo apoyo no pueden hacerlo, porque es más fácil y rápido, y es que no es asunto de nadie por qué han elegido esta opción.
Las buenas madres trabajan fuera del hogar, ya que tienen que hacerlo, porque quieren, porque quieren que sus hijos sepan que las mujeres también pueden trabajar, porque es la mejor opción para sus familias.
Las buenas madres se quedan en casa con sus hijos porque tiene que hacerlo, porque quieren que sus hijos sepan que las mujeres pueden dedicarse a la maternidad a tiempo completo, porque es la mejor opción para sus familias.
Las buenas madres hornean galletas y las buenas madres no hornean galletas. Las buenas madres también intentan hacer galletas, pero solo consiguen una masa incomestible.
Las buenas madres nunca olvidan la llegada del ratoncito Pérez cuando se cae un diente. Las buenas madres escriben cartas disculpándose porque el ratoncito Pérez se ha olvidado. Las buenas madres no siguen la tradición del ratoncito Pérez.
Las buenas madres nunca gritan a sus hijos. Las buenas madres gritan a sus hijos y luego se disculpan por haber perdido la paciencia. Las buenas madres gritan a sus hijos y luego no se disculpan porque de vez en cuando los niños necesitan saber que han ido demasiado lejos y han cruzado la línea.
Las buenas madres saben cuando necesitan un descanso y toman uno. Las buenas madres saben cuando necesitan un descanso, pero no siempre pueden tomar uno.
Las buenas madres siempre están. Las buenas madres a veces no pueden estar. Las buenas madres tratan de compensar sus ausencias.
Las buenas madres cuidan de sus hijos. Las buenas madres a veces tienen dificultades para cuidar de sus hijos. Las buenas madres piden ayuda. Las buenas madres a veces no tienen ayuda. Las buenas madres a veces tienen que tomar decisiones desgarradoras porque es la única manera de que alguien cuide de sus hijos.
Las buenas madres cometen errores. Las buenas madres apoyan a otras madres cuando cometen errores. Las buenas madres se olvidan de apoyar a otras madres cuando cometen errores.
Las buenas madres se perdonan mutuamente.
Las buenas madres se preocupan unas de otras.
Las buenas madres se preocupan por ser una buena madre.
Las buenas madres aman a sus hijos
No importa tanto lo que hacemos o dejemos de hacer. La intención con la que hagamos las cosas es lo que realmente es importante.
Es necesario recordar que las madres que cometen errores o siguen diferentes opciones, o simplemente, están en otras circunstancias, también son buenas madres.
La mayoría de las mujeres se preocupan por ser una buena madre. Sin embargo, solo tienen que recordar que ya lo son.
El siguiente vídeo muestra cómo nos juzgamos unas a otras, llegando a considerarnos mejores madres porque nuestras decisiones sí son las correctas y las más adecuadas, las que hace una buena madre.