Hace unos días nos llegó este comentario a nuestro post sobre el embarazo anembrionario:
Muchas, muchísimas, os habéis interesado por este tema, así que he decidido seguir ayudándoos con todas las dudas que os siguen rugiendo.
Qué es el aborto recurrente
Se llama aborto recurrente cuando se han tenido más de tres abortos espontáneos antes de la semana 20 de embarazo. Si el aborto es espontáneo afecta a un 15% de las gestaciones en mujeres en edad reproductiva, el aborto recurrente afecta al 1% de parejas en edad reproductiva.
Si ya has tenido un aborto espontáneo, las probabilidades de que tengas un segundo aborto son del 23% (1 e cada 4 mujeres) y de tener un tercero es del 29% (1 de cada 3 mujeres). Si ya has tenido tres abortos seguidos, tienes un 50% de probabilidades de tener un nuevo aborto.
Síntomas de aborto espontáneo
Como ya hemos dicho, el aborto recurrente es la repetición de un aborto espontáneo, cuyos síntomas son los siguientes:
- Dolor de espalda, puede ser leve o intenso.
- Manchado espeso.
- Sangrado vaginal en forma de coágulos.
- Dolor abdominal intenso.
- Calambres.
Qué causa el aborto espontáneo recurrente
Este problema se suele relacionar con problemas en el cuerpo de la madre, pero en algunos casos se presenta por alteraciones cromosómicas que el padre que se trasmiten al feto. La distribución de causas de aborto es la siguiente:
– En un 50% son de causa desconocida o no aparente.
– Defecto de fase lútea (problemas relacionados con la progesterona de la madre) en un 15%.
– Malformación uterina en un 10%.
– Incompetencia cervical en un 10%.
– Inmunológico (los anticuerpos de la madre atacan al feto) en un 10%.
– Defectos cromosómicos en un 5%.
Enfermedades infecciosas como sífilis, hepatitis B o sida puede provocar abortos espontáneos. También pueden afectar el tabaquismo, la obesidad, el alcoholismo y la exposición a ciertas sustancias químicas.
Cómo diagnosticar el aborto recurrente
Como ya hemos visto, las causas de un aborto son muy variadas, por lo tanto los médicos deberán ir descartando causas. Normalmente se suele seguir un proceso de descarte, empezando por las pruebas más sencillas. De modo que se irán realizado una serie de pruebas que descantar algunos motivos y poco a poco, esas pruebas se irán haciendo más complejas hasta intentar, a veces no es posible, la causa de los abortos:
Se suele comenzar por un historial familiar de abortos, un examen físico y ginecológico son los primeros pasos para descartar patologías sistémicas como enfermedades del colágeno y endocrinopatías. Si esto no revela ninguna causa aparente, se seguirán haciendo pruebas:
- Análisis de sangre
Un simple análisis de sangre puede detectar problemas hormonales, inmunológicas, trombofílicos y también permite hacer un análisis del carotipo 23 para descartar alteraciones genéticas.
- Ultrasonido vaginal
Detecta malformaciones vaginales, miomas, adherencia uterinas y puedes ayudar a monitorizar el desarrollo del endometrio.
- Análisis del semen
Un análisis del semen del padre pude ayudar a descartar posible infertilidad o secundaria del padre. Un estudio del ADN del semen puede ayudar a descartar problemas genéticos.
- Estudios genéticos especializados
Si todo lo demás no ha dado con la causa de tus abortos, puede recurrirse a una técnica de análisis genético como el diagnóstico genético preimplantatio con microarreglos. Estas técnicas pueden analizar la totalidad de la composición cromosómica del embrión.
Cómo tratar el aborto recurrente
Una vez descubierta la causa del aborto, se debe elegir una técnica adecuada según el caso:
- Causas Genéticas:
En el caso que algún miembro de la pareja presente algún cariotipo anormal, se suele aconsejar tratamientos genéticos y la opción de donación de gametos (óvulos o espermatozoides, según sea el caso).
- Causas Anatómicas:
– Tabique o septo uterino completo o incompleto: Resección del tabique a través de histeroscopia quirúrgica.
-Incompetencia cervical: Aplicación de cerclaje o punto de sutura cervical en la semana 12 de gestación
- Causas Inmunológicas:
En estos casos se suele indicar un tratamiento basado en el uso de ácido acetil salicílico a bajas dosis y de Heparinas de bajo peso molecular.